martes, 20 de abril de 2010
Mircea Eliade
Filósofo rumano especialista en religión comparada, novelista y poeta. Licenciado en filosofía por la Universidad de Bucarest en 1928, Eliade estudió sánscrito y filosofía hindú en la Universidad de Calcuta hasta 1933 con el gran erudito hindú Surendra Nath Dasgupta. Después pasó seis meses en un refugio en el Himalaya antes de regresar a Bucarest, donde fue profesor asociado de filosofía. Su novela Maytreya (1936), en la que relataba su desastrosa historia con la hija de Dasgupta, le dio a conocer como un joven valor literario rumano. Ejerció como agregado cultural en Londres (1940) y Lisboa (1941) y en 1945 como profesor visitante en la Sorbona, en París, y en 1956 como profesor de historia de las religiones en la Universidad de Chicago. Su obra reducía la enorme variedad de mundos religiosos a uno solo, a través de algunas ideas claves: modelos cosmogónicos del mundo, abolición de la historia por la interpretación de mitos y leyendas primitivas y el uso de la religión como explicación de hierofonías (manifestaciones de lo sagrado en el mundo). También trató estos temas en sus novelas. Las obras más importantes de Eliade, escritas en francés o inglés, incluyen El mito del eterno retorno (1949), Tratado de historia de las religiones (1949) y los tres volúmenes de Historia de las creencias y las ideas religiosas (1985). Publicó además una autobiografía y varios volúmenes con sus Diarios.
A su retorno a Europa, Eliade emprendió una carrera literaria que se dividiría en dos ramas, en cierta manera complementarias: por una parte el estudio riguroso del fenómeno religioso, que culminó con su voluminosa Historia de las creencias y de las ideas religiosas, y por otra parte las novelas de base autobiográfica, en las que recreaba de forma fantástica las experiencias espirituales que vivió durante su estancia en la India, sobretodo durante el período de Hardwar.
Si Jung, el psiquiatra suizo, representa el intento de articular y dar a comprender a la mente occidental la fenomenología de la experiencia mística, mediante el estudio de los 'símbolos de la mente inconsciente', Eliade representó durante el siglo XX la articulación y la pedagogía del fenómeno religioso, pero no tan sólo el propio de la historia occidental, sino el proceso religioso que aconteció en Eurasia desde el neolítico en las sociedades de cazadores, hasta el advenimiento de las grandes religiones como el budismo, el mazdeísmo y el cristianismo. Junto a Campbell, Eliade sobresalió en escribir unos libros a la vez doctos y de una gran claridad, que a la vez se convirtieron en enormemente populares. Lejos de usar un estilo especulativo, abstracto y confuso, sus trabajos facilitaron la recuperación del respeto acerca del fenómeno religioso, tan vilipendiado en occidente a lo largo del siglo XIX.
Entre sus obras más conocidas, destacan 'El mito del eterno retorno', 'Yoga. Inmortalidad y libertad', 'El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis', 'Lo sagrado y lo profano', 'Tratado de historia de las religiones', 'Cosmología y alquimia babilónicas', 'La noche bengalí'.
Después del redescubrimiento de los enteógenos, y por haber escrito el inmortal El Chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis, Eliade ha sido criticado por no haber incluido y estudiado las plantas visionarias en el complejo chamanístico expuesto en el libro. Existe confusión acerca de este punto, pero de todas maneras ha de considerarse que Eliade escribió el libro sobre chamanismo en 1951, cuando los estudios sobre enteógenos estaban aun en pañales. Y en cierta manera es normal que Eliade centrara su atención en las técnicas arcaicas del éxtasis, pues su acceso a experiencias místicas aconteció como consecuencia de la práctica del yoga.
En cierto modo Eliade dio un primer paso en relación a la comprensión de las experiencias espirituales inducidas por enteógenos, al intuir que el yoga suponía una técnica psicofísica para alcanzar estados místicos de la consciencia. Así, una de las principales objeciones que se plantearon a la relación de los enteógenos con las experiencias espirituales era que estas no podían ser inducidas por algo físico, y menos una determinada molécula, ya que en occidente se consideraba desde antaño que lo espiritual y lo material eran reinos distintos y sin relación alguna. Eliade, al intuir que las experiencias espirituales de los yoguis podrían ser articuladas por una técnica y unas prácticas físicas, corporales, abrió una primera posibilidad y entendimiento a la relación entre mente y materia, entre cuerpo y espíritu.
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